viernes, 1 de marzo de 2013

¿Podría yo parir un poema grande?
Grande como la grandeza del amor
de la gente que me quiso,
como las ausencias
de los Desaparecidos
como la lágrima de espinas
que me atraviesa la médula
como las pinturas de aquellas capillas
como las iglesias cuando se queman,
como la música extranjera
y las fotos de los otros planetas.
Grande como un corazón
en la garganta,
como las muertes de las películas
como el futuro en la juventud
y el pasado en la vejez.
Como el velo negro de la Hermana
y la tormenta del último día
como la boca del subte de noche
o una guitarra hemorrágica
o la esquizofrenia
o acaso este Sol.

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