lunes, 1 de diciembre de 2014

Canción

Yo también me pasé aquellos días
sentada en el tapial contando las gotas de lluvia
sentada en el tapial pero del lado de adentro
solamente era el capricho
de no pertenecer.

¿Te acordás del árbol mudo?
Me dijiste que en febrero ibas a volver
no quise ir a comprobar que mentías.

Yo también elegía en aquellos días
contar la lluvia desde la ventana
Siempre estuve un poco triste, sabés?
Me ayuda a volver a pensar en febrero
que conmigo estoy bien.

¿Te acordás del árbol desnudo?
Te prometí que íbamos a pintarlo
gigante, protagonista,
de fondo el resto del mundo,
la ciudad inhabitada,
las calles que nunca mentían y las luces, compañeras,
las sonrisas del cuarto del fondo
las noticias embalsamadas,
la ciudad entrometida,
¿te acordás del resto del mundo?
gigante, embalsamado,
de fondo las calles que a veces mentían,
la ciudad compañera y las luces inhabitadas
la noticia del cuarto del fondo
las sonrisas embalsamadas
¿te acordás de la ciudad?
con sus calles mentirosas y sus luces entrometidas
el resto del mundo inhabitado
la noticia del cuarto de fondo
la garganta embalsamada
¿te acordás de los gritos?
gigantes, protagonistas
las sonrisas mentirosas
la ciudad embalsamada
la mentira en el cuarto de fondo
el árbol mudo,

¿te acordás?
que elige sentarse a contar las gotas para no llover.
En tres minutos puedo construir una ciudad

Puedo sentarme a mirar
fijamente el suelo virgen
alzar una mano, lentamente, acercarla, hacer contacto.
Con los ojos cerrados,
con el cuerpo desnudo,
con las manos de barro, puedo:
   desgranar cada partícula de tierra
   convertirla en un minúsculo ladrillo
multiplicarlo
definir algún perímetro cercano
colocar la primera de las piedras en el borde
dar inicio a la danza interminable
a los giros,
al impulso de creación
exprimirlo gratuitamente,
aplastarlo con impunidad
contra el suelo nuevo.

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Puedo, como dije antes,
construir todo lo que intente
puedo estirar mis brazos al infinito
y sujetar cada idea voladora;
todas aquellas que dejaron ir un día
los constructores que supieron precederme.
Puedo tomarlas y sostenerlas y amalgamarlas
en un solo e inasible remolino en crecimiento
un remolino que perfore el suelo y mezcle cuanto
material criatura o clima se presente en su camino,
que triture que fusione que disuelva
el contenido en millones de ínfimas partículas
y que aquella burda acción premeditada
sea el despliegue de todo lo remontado
depositado nuevamente en el suelo, en la raíz, pero con forma
de cuadritos muy pequeños de cubierta tornasol
en los que quepan, a futuro, fundadores, gobernantes,
bailarines, dibujantes, matemáticos, poetas;
donde quepa nada más y nada menos que la complejidad de un ser.

---

Puedo abrazar el mar puedo ser gigante
y modelarlo a mi antojo, puedo
satisfacer cada uno de mis caprichos
puedo darle al nuevo mundo creado un sol y una luna
simultáneos, puedo,
si ese fuera mi deseo parir
una población entera d mis goas de saliva y luego de una vez
aniquilarla con una lluvia de cristales
o una ola incontenible o un crepúsculo incendiario, puedo
según mis impulsos crear y destruir vidas a mansalva
puedo internarme entre las calles diminutas y modificarlas
siguiendo mis sueños o mi conveniencia.

Puedo ser y hacer todo lo que quiera
en un lugar que es todo lo que quiero.
Puedo morir y renacer a voluntad, pero
mi desorden de poder me hace tan sola
que los recuerdos son mis únicos hermanos
y una duda la deidad que me acompaña
y lo hará siempre:

¿A qué debo la condena de crear estos espacios
de los que no puedo apropiarme
y jamás podré habitar?

Nido

Soñé con un meteorito
que venía a comerse la ciudad.
Soñé también con un ave
que corría y corría sin mirar.

Aquél ave -que era blanca- intentaba levantar vuelo
el meteorito -rojo de fuego- buscaba una tierra que lo alimentase

Después llegué a una habitación modular
cubierta de azulejos, rojos y blancos
en los muros, en el piso y en el techo

Llegaron también a esa pieza
noventa y un gaviotas en bandada:
eran blancas,
el interior de sus alas rojas -como de sangre-
y se fundían con los azulejos y con el aire.

Miré mis manos,
un poco blancas y un poco rojas,
sentí la piel que se me caía de a lonjas resecas.
Tuve frío en mi desnudez
desparramé mi carne contra el suelo
y esperé.

Cuando nació mi última pluma,
ya flotaba y podía ver;
entonces tuve hambre
y tuve miedo y corrí
y empecé a comerme la ciudad.

sábado, 5 de julio de 2014

Tengo olor a cigarrillo en la mano,
tengo tapados los oídos
veo un poco borroso
y me duelen los pies.
La casa es un desorden,
hay música de fondo
cenizas en el piso
y un puño marcado en la pared.
Hoy no tuve un buen día en realidad;
me levanté tarde
y hasta lloré un poco.
Ni siquiera era dolor en la memoria,
era un vómito infame
que no esperaba respuesta.
Será que ya no tengo preguntas
será que el desorden
no me deja escuchar
¿Qué me van a enseñar?
¿Cómo van a ayudarme a crecer?
A mí,
que confundí la luna
con una de las luces de la calle.

viernes, 30 de mayo de 2014

Yo también quiero ser una galaxia
eterna
infinita
incorporar estos nuevos elementos
hacerlos propios
hacerlos ser.
Lo cierto es que no estoy en una posición justapero por más egoísat que sea
voy a tomar prestada la frase
-hacerla propia
hacerla ser-
Amo dejarte así.

martes, 27 de mayo de 2014

Había un rincón escondido
que nos costaba ver
al que nos costaba entrar.
El día en que lo encontramos
nos encontramos
al mismo tiempo.
Ahora hay un rincón en expansión
buscando dejar
de ser rincón.

-Nunca vamos a alcanzarnos
porque los límites
no existen-

sábado, 1 de febrero de 2014

Esta noche

Me encantaría vomitar todo lo que respira a mi alrededor
ensuciar las paredes de los edificios
pisotear las flores e insultar a toda la gente
Tengo algo en la garganta que hace ruido
y gotea en círculos sobre sí mismo y no me deja respirar
y no me deja sola no me deja en paz
Fui sedada un par de días me distraje y me olvidé de mí
y ahora de regreso sigo sin reconocerme
estoy deshecha, soy desecho
nada más que un nudo que impide caminar al mundo
Hoy es un día de lluvia y eso tiene todos los significados
afuera el cielo moja la tierra
y yo me caigo a pedazos por todos lados.
No existe pedido de auxilio, no hay posibilidad
de que alguien esté escuchando mi grito mudo.
-no tiene sentido-
no me esfuerzo siquiera en escribir
-no tiene sentido-
Hoy todo tiene matices grises,
al menos lo que tengo la suerte de todavía ver.
No existe perspectiva, no existe el horizonte,
la gente alrededor son sólo roles sincronizados
con el vestuario más patético del mundo
compitiendo por el protagónico fosforescente
Y en realidad estas palabras son pura envidia
porque aunque siga sonriendo a la cámara y obtenga críticas elogiosas
hace rato me olvidé de mi guión.


domingo, 26 de enero de 2014

La Luna fuma y escucha Sui Generis

No todo es lo que parece
la mayoría de los cuentos están mal.
Las matemáticas no existen
la biblia y las fórmulas mienten
y también los gobernantes,
y las escuelas, y los doctores.
Súperman se carga colegialas,
los canas venden drogas a los presos
un capitán de barco se suicida
un perro come más que una ciudad.
Las cosas no están tan equilibradas
la justicia tiene un ojo destapado
quien maneja la balanza está borracho
los sobornos son los sombreros de moda
devalúa en picada la verdad.
Hay inflación de dólares y egos,
epidemias crecientes de pasividad
los monstruos tienen pueblos debajo de la cama
El Sol tiene resaca y falta al laburo
la Luna escucha y canta Sui Generis
tirada en la cama y dele fumar.

jueves, 23 de enero de 2014

Hay días en que todo
se vuelve un tanto confuso
-más bien son ratos, o quizás años-.
Estoy casi convencida de
no haber mencionado nunca
mi condición de ciudad.
Soy una ilusión de cristal,
un edificio de ladrillos,
un castillo medieval,
una tumba, una galaxia,
cualquier sitio que se pueda habitar
-para lo cual no se precisa
nada más que un habitante-.
También resulto ser
todas las habitaciones,
cada rasgo de persona
tiene espacio para ser, en mí,
habitada y habitante al mismo tiempo
-como yo-.
Y soy tantas, y tan grandes,
que no puedo contenerme
en espacios delineados de antemano;
yo soy tantas, tan cambiantes,
tan corruptas e inestables
que he debido ser también mi propio espacio.
Soy entonces
la ciudad en que deambulan
todas mis luces y mis sombras
soy mi espejo, mi reflejo y soy el agua
y soy los peces, las costillas,
soy la luz y soy la sombra,
soy el cielo y soy el Sol y soy su ausencia,
las paredes y el absurdo ilimitado
soy ellas, todas ellas,
soy sus pies al caminarme, soy
cuando camino, el suelo que me piso,
me grito, me quedo sin aire y
soy el aire y los pulmones
a la vez, así
me garantizo nunca
                             dejar de
                                                  respirar.

Enero

Confiar.
Escuchar las canciones viejas
sin miedo a llorar
sin miedo a sentir.
Negarse a negar
aquellas sombras tristes
armarse del silencio blanco
y darles lugar.
-enfrentarlas-.