jueves, 25 de noviembre de 2010

Corazón

Imagínense una gran enredadera.
En el centro el firme tronco
soberano
impenetrable.
A su alrededor, las ramas
descontroladas
adherentes.

Imagínense una persona así:
llega a todos lados
sinuosa
creciente.
Pero su interior es encriptado
misterioso
implosivo.

Sus ramas se pegan para siempre
en cualquier pared
cada vez más.
Pero nadie puede tocar el tronco:
sus raíces
lejanas.

El secreto, sin embargo, es el cuidado.

Descubrí la fragilidad de la piedra.

El secreto es ir despacio.

1 comentario:

  1. Este me llegó
    hasta las raices.


    Pocas cosas
    pocas cosas.

    Te quiero primera escolta.
    ge-nia.


    Brubru

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