Después de ver la cuidad sin luz
me limito a la espera
de que todo vuelva
(y a la resignación previa
a que todo se va)
Un dolor en el pecho
puede ser cubierto de hojas dulces
pero
dos dolores en el pecho
necesitan un mundo entero.
El cielo, mientras tanto
está agotado:
no puede descansar.
Es preciso entonces,
el silencio más grande:
el tiempo del cielo.
lunes, 25 de febrero de 2013
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