domingo, 11 de noviembre de 2012

Yo puedo cambiarme las ropas
y ser todas ellas
mujeres, hermosas
hacer una apuesta
por colores foráneos
y cambiarme la cara
el sexo, moneda.
Puedo volverme de otra década
puedo comprar un auto
y transfigurarlo también
a él
y no.
Nada cambiaría y es,
a la vez,
el cambio
la única
constante.

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