Prendete un cigarrillo,
dale, que me ahogo
de tanto respirar.
Dale, dale al whisky
volcalo sobre mi ropa
que me traigo seca hoy.
Si Ella toca la puerta,
no le abras;
no la dejes entrar
que si desaparecemos
sea por obra de los besos negros
y no de la muerte.
lunes, 5 de noviembre de 2012
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
No hay comentarios:
Publicar un comentario