Despacho las coreografías de los mudos
y los jugos de las carnes
cuando sube la marea.
Desprecio las muecas y los ronquidos
lo níveo de las huellas
cuando el alba se enaltece.
-
Dejo de lado las alas de paloma
el papel de colibrí
y el sudor desvanecido de las montañas.
La soledad del boceto de verano
la contradicción de los colores fríos
los pelajes
chimenea
mazo de cartas
dejo de lado
las manos estilizadas
de la gente que no existe.
Desprecio, despacho y defino
el límite de la serpiente
y el sonido como tal.
lunes, 5 de noviembre de 2012
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