Esa noche,
del otro día,
me hizo bien pasarla con vos.
Que estrangularas mis miedos,
las imágenes de terror,
que me ahogases el llanto.
Que me obligases a dormir
a creer
y a vivir.
Yo te sigo
diciendo gracias frescas,
con todo lo que eso significa.
domingo, 21 de octubre de 2012
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