no tengo a quién dirigir mis gritos de súplica
quien me devuelva la sonrisa
quien recorra mi cintura
y pensar que antes tenía
antes tenía
no tengo a nadie donde pasar la noche
miércoles, 22 de diciembre de 2010
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a veces necesitamos no tener a esa persona para aprender a valernos por nosotros mismos y a sonreír por uno y no por esa sonrisa que uno quiere de respuesta.
ResponderEliminarsaludos!
Una vez, la amiga de una amiga (en otras palabras, una desconocida) me dijo con voz de maestro Yoda: tu felicidad no tiene que depender de la presencia de un otro.
ResponderEliminarEn el momento la odié y en mi mente perversa la empalé à la Vlad Tepes. Hoy (en particular, al leerte), entiendo lo que me dijo de otra manera y le pido disculpas por la tortura ficticia.
creo que las dos tienen razón...
ResponderEliminarcuesta cuesta
aceptar esa verdad tan dolorrorosa
mannequin, gracias por sus sabias palabras
siciliana, veo que ésto nos sirvió un poco a cada una, me alegro!
y a mí también!
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