Me resumo al patetismo
de exigir mi descripción.
A observar la inevitable
imposible
insistente
invisible persecución
entre mi sombra y mi reflejo
tratando de ahorcarse mutuamente.
A repetir los giros
la pregunta que paraliza
las respuestas evidentes
¿Es real el tacto
cuando no se verbaliza?
martes, 18 de diciembre de 2012
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