martes, 5 de noviembre de 2013

Poema metalingüístico sobre el camino

Supongamos que hablara
la línea por la que andamos:
que son línesas
no de asfalto,
sino de renglones.

Supongamos, por qué no,
que es una línea pentagrama
-que es también
(¿por qué no?)
una forma de hablar-

¿Qué diría la calle,
qué callaría el cielo?
Si su reflejo no es más
que una copia
de la copia.

¿Y qué tal si el cielo
dejara un momento de cantar
para mirarse en las aguas
-que son como las calles del continente-
(donde escribe el cielo)

¿Quién pudiera leer
lo que el cielo escribe dormido?
¿Quién va a hacer una pintura
y un movimiento, una vanguardia
sobre los cantos oníricos del aire?

Son las calles las únicas intérpretes,
lectoras, oyentes y pintoras
de todo lo que canta todo
lo que, sin tocarnos,
desciende.

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