Dudo que pueda tu sombra
opacarme la Luna,
no al menos a través del manotazo
que emerge de entre el patético
balanceo
interminable.
Tu color no se destaca,
ni es tu nombre protagonista.
Abre la música ambiente
-balada triste de trompeta-
y el desfile de payasos asesinos
desdibuja toda atmósfera pasada.
Es tiempo de las doblesletras,
de las lágrimas de risa
y del ridículo febril
como coraza ante el miedo.
sábado, 20 de abril de 2013
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