Grito que no suena, palabra incomprensible, gesto incompleto y la Luna …sólo media luna entre el árbol y sobre los techos que no soy suyos, mitad blanca de sal que ni siquiera alcanza para la inventada sopa pero que rocía su panza vacía y su agrio vacío de luz. Pobre infeliz el señor que ensució sus botas en el barro…no?
Pobre tal vez, barro seguro. Al fin y al cabo resulta un nuevo comprobante de que llueve, de que la vida sigue. Ahora le resultará más sencillo dejar huellas…no?
Y en tus ojos cerrados la imagen de un Sol. Y en tus venas rojierdes la vida que corre. Y en tus manos…el mundo.
Un mundo hecho de manos hechas para el mundo. Las venas rojiverdes de la tierra, donde sangre y savia en un solo río de vidamuerte recorren todos esos dedos mientras filtran a través de los cerrados párpados esos reflejos, que se leen como luz, como Sol, como esperanza.
Esperanza de crecer como árboles florecidos de vida, como la vida misma. Luz que llena las pupilas, calidez de las mentes. Somos soles, eterna combustión de ideas y sangre, irradiando la fuerza de ser libres, de ser amor germinado.
Germinado y germinador. Generador que bombea constantemente vida, esperanza y luz. Recuérdese que las manos no podrán forrmar un mundo si no están entrelazadas.
Juntemos las yemas de los dedos y los latidos de sangre, palpitemos juntos una infusión de vida para el mundo y para el humano. Que de nuestra existencia -raíz de una historia y tallo del futuro- nazca la roja flor, por sangre y por puño nuestros, que anuncie el futuro eterno de, por y para toda la humanidad.