lunes, 6 de mayo de 2013

No voy a mentirte diciendo que no tenía nada de miedo. No voy a decirte que ni una palabra me puso triste.

Pero.

Hoy cuando pude levantarme vi que había Sol y me levanté más. Y cuando salí vi que había Viento y salí más. Y entonces me llené de Sol y de Viento y la velocidad era increíble, y no eran mis pies que caminaban ni era tierra lo que estaba pisando, porque no estaba pisando nada. Y entonces tus ojos y tus manos diciendo que todo va a estar bien, y fito y el pasto y un rayo de Sol cantando El Amor Después Del Amor. Y sí, es cierto que lagrimeé. Y es cierto que así fue como empecé a limpiarme; así fue como, una por una, despegué las plumas unas de otras dejando que silbe el viento entre mis alas. Y así fue como el Viento empezó a limpiarme y todo se hizo aún más liviano, y eran tus manos y eran tus ojos que eran, y seguían y siguen siendo tus manos y tus ojos, y es la certeza y el atardecer y jorgito componiendo el himno nuestro: Nada se pierde, todo se transforma.

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