jueves, 17 de enero de 2013
Buenos Aires: Notas en viaje - Polaroids. 3
Cuando amanece, la ruta es tan sólo el soporte del cielo con todos sus colores, contrastando y haciendo más pesados a los pinos. Cuando los camiones se despiertan son los corazones gigantes del mundo gris, girando sobre sus caminos y haciéndolos retumbar. Empiezan a vaciarse los hoteles y un par de parejas despeinadas haciendo dedo a las últimas estrellas son los primeros vestigios de sangre caliente. Cuando el cielo se vuelve homogéneo y ya no se aguanta el olor a café, los colores pasan a formar parte de la ruta; y son los autos y las ropas de la gente que pasa. El verde de los costados se vuelve más brillante, y aunque no se sabe si es esa su verdadera fuerza o sólo un efecto de la hora, todo alrededor parece de pronto invitar a respirar. De alguna manera, como alivio antes de una nueva noche de cemento.
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