sábado, 3 de diciembre de 2011

Volviendo Voy Viendo

Todo puede, por lo visto, volverse infinito.
El Cielo y su inmensidad, el Sol y su luz.
La Luna, las estrellas y todo lo que brilla, y el brillo.
Todo infinito: el incunable color verde de la hierba, los años del yuyo, la poesía de la Tierra.
Infinito el croar de las ranas, el vuelo de las golondrinas, los ciervos.
Infinito todo lo que vive en el olor del jazmín, en el sonido único e infinito de la savia, en el vaivén de las pequeñas olas.
Sin embargo, por lo visto, todo puede volverse infinito; infinita la noche, la soledad, infinito y eterno el desamor.
Pero el pequeño pez alcanza a nacer antes de que el centenario árbol termine de caer, y en todo el infinito tiempo que tarda en morir el siguiente, el infinito Mar está ya repleto de infinitos nuevos peces.

2 comentarios:

  1. Vos también estabas perdida.
    Qué lindo es que volvamos, casi, al mismo tiempo.
    Me hace pensar que no te abandoné.

    Que lindo es volver y encontrar algo así.
    Hablar de infinitos hoy me hace mucho ruido,
    hay tantas cosas que espero se acaben!

    Te abrazo fuerte, fuerte virgivisor!

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  2. la infinitud de lo infinito, me encantó este post y otros,
    saludos,
    adriamora

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