La ruta de noche es la representación de la noche, la representación artificial porque la natural es el mar. Es lo inmenso, inabarcable, inconmensurable, impenetrable. Y a pesar de que no se ve mucha más gracia que algunos árboles, está que rebalsa de tan repleta. Y las luces pequeñas, lejanas, que interrumpen la negrura no más que para mantenernos despiertos. Y los carteles que de tan quietos parecen huir despavoridos del rocío helado de otro día más.
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