Corren.
Nadie percibe el paralelismo entre su efusividad y la sutileza de sus gestos,
ni la poesía de su efusiva sutileza.
Se puede ser las dos cosas al mismo tiempo.
Sin embargo todos corren, y nadie percibe el paralelismo.
Algún día, todos sus matices ocultos saldrán a la luz.
No, nunca llegará el día.
Nunca.
Nadie va a conocerla del todo jamás.
Tal vez, sólo tal vez, ella misma.
Sola.
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